Maria
De líder de la comunidad wayuu a analista social en Cerrejón: La historia de María
María creció en el territorio wayuu de Kaimakat, en La Guajira, Colombia.
Cuando era más joven, la madre de María tomó la decisión de enviarla a vivir con su familia extendida, para que recibiera una educación más formal, aprendiera español y experimentara tradiciones fuera de su cultura wayuu.
“Mi madre quería asegurarse de que tuviera experiencias diferentes”, explica María. “Ella decidió que yo estudiara y pasara tiempo fuera de nuestro territorio, y gané mucho gracias a ese tiempo”.
María regresó a su territorio y asumió el rol de líder comunitaria, ayudando a gestionar los asuntos de la comunidad y a mediar en los problemas que surgían entre sus miembros. Después de graduarse de la secundaria y estudiar en la universidad, solicitó trabajar en Cerrejón como analista social.
“Volver a mi comunidad como líder comunitaria significó que aprendí mucho sobre cómo dialogar y negociar, y tomé estas habilidades y decidí ponerlas en práctica de una manera diferente”, dice María. “Conocía la cultura wayuu, otros territorios de la zona y hablaba la lengua materna wayuunaiki, así que me di cuenta de que yo podía ser el puente entre mi comunidad y la mina”.
Cerrejón es una de las mayores operaciones mineras de exportación de carbón a cielo abierto del mundo y un importante contribuyente económico para La Guajira. Día a día, María actúa como canal de comunicación entre las comunidades que viven cerca de las operaciones de la mina y Cerrejón. Ella ayuda a responder a las necesidades de la población local a través de las iniciativas comunitarias de Cerrejón, desde el suministro de botes y redes de pesca hasta el apoyo a las empresas de artesanía tradicional wayuu.
“Hoy en día, cuando me relaciono con las comunidades a las que ofrecemos apoyo, me produce una gran satisfacción", comenta María. “Hay un verdadero diálogo, y me da tranquilidad saber que Cerrejón les está ayudando con sus negocios y con nuestra manera de vivir”.
De cara al futuro, María espera que las iniciativas de Cerrejón puedan formar parte de los esfuerzos por respetar y preservar las tradiciones wayuu.
“Me siento muy conectada con el lugar de donde vengo y con el legado de mis abuelos y abuelas”, dice. “El pueblo wayuu siempre ha vivido de la naturaleza y ésta es una forma de vida que hoy nos esforzamos por conservar. ¡Coexistimos con la tierra y con todo lo que nos ofrece!”.